domingo, 4 de mayo de 2008

El Cristo de la Luz. Toledo.

Está construida casi por completo en ladrillo. De planta cuadrangular de reducidas dimensiones. Se añadió la cabecera semicircular al transformarse en templo cristiano.



Conocida como "de Bab al Mardum", es posiblemente el monumento más antiguo deToledo y uno de los menos conocidos. Conocer su fecha de fundación es posible por la inscripción conservada en la fachada principal. En caracteres árabes formados con ladrillo, puede leerse: Bismala-En el nombre de Allah-. Hizo levantar esta mezquita Ahmad ibn Hadidi, de su peculio, solicitando la recompensa ultraterrena de Allah por ella. Y se terminó, con el auxilio de Allah, bajo la dirección de Musà ibn’Alí, el arquitecto, y de Sa’aada, concluyéndose en Muharram del año trescientos noventa.
Esta fecha se correspondería con el periodo comprendido entre el 13 de diciembre de 999 y el 11 de enero de 1000.¿Quién era su fundador?. Pudo ser miembro de una familia de gran prestigio en el periodo de la Taifa toledana, hasta el punto de que algunos de sus miembros llegaron a ocupar el cargo de visir. La situación de la mezquita, en uno de los barrios más antiguos de la ciudad, donde durante la dominación árabe debieron levantarse las mansiones de los más importantes personajes musulmanes de la época, refuerza esta idea.
Situada a pocos pasos de una puerta de la muralla conocida como Bab al Mardum- puerta tapiada- ello hizo que la mezquita recibiera también esta denominación, al haberse perdido su nombre original árabe. Pero, ¿cómo pasamos de este nombre al de Cristo de la Luz?. Cuando la toma de Toledo por Alfonso VI, en 1085, el caballo de éste cayó de rodillas al llegar justo a la altura de la mezquita; para más precisión, en el lugar que hoy está marcado con una piedra blanca en el pavimento. Otra versión señala que fue a la cabalgadura del Cid Campeador a la que sucedió ésto. Los esfuerzos para que el animal se pusiera en pie resultaron nulos, lo que inmediatamente se interpretó como un signo divino. Por esta misma inspiración alguien decidió entonces excavar en un muro del edificio y allí apareció la imagen de un Cristo crucificado junto a una lamparilla de aceite que se había mantenido inexplicablemente encendida durante los más de 300 años, en el lugar donde los cristianos ocultaron la sagrada imagen para evitar su profanación por los musulmanes cuando éstos ocupan Toledo. El rey dejó como ofrenda su escudo, en el que versaba la siguiente inscripción:"Este es el escudo que dejó en esta Ermita el rey D. Alfonso VI, cuando ganó Toledo, y se dijo aquí la primera misa". Tanto el escudo como el Cristo se guardan en el Museo de la Santa Cruz.
Leyendas al margen, lo que sí parece muy probable es que la mezquita se levantara en su día sobre el solar que ocupó anteriormente una iglesia visigoda, como lo probaría el reaprovechamiento de los capiteles. Tras la cesión que Alfonso VIII hizo de ella a los Caballeros de la Orden de San Juan en 1186 recibió la denominación de Ermita de la Santa Cruz.

Leyenda del Cristo de la Luz.- Allá por la mitad del siglo VI, reinaba en España Antanagildo, había en Toledo un grupo de fanáticos judíos, los cuales sentían un gran aborrecimiento y odio por las imágenes de Cristo crucificado. Tenía una especial animadversión por un pequeño Cristo que era muy venerado por los cristianos toledanos y que se hallaba en una reducida iglesia visigoda junto a la puerta de la Conquista.
Su odio llegó a tal extremo que idearon un plan diabólico. Untar con un potentísimo veneno los pies del Cristo, y como era costumbre de los cristianos rezarle, pedirle un favor y después besarle los pies para alcanzar la concesión de la súplica, creyeron que con su acción lograrían matar a un número indeterminado de Cristianos y que estos llegaran a aborrecer al hasta ahora venerada imagen, haciendo mella en su fe. Así se aprovechando la soledad de la iglesia y la oscuridad de una noche de luna nueva, pusieron en ejecución su malvado designio. A la mañana siguiente cuando la primera devota llego a rezar ante el Cristo y al ir a besar los pies de este como cada mañana algo la dejó
perpleja, el Cristo retiró el pie desclavándolo de la cruz no permitiendo que la mujer llegara a rozar sus labios con el potente veneno. La sorpresa se extendió cuando este mismo hecho se repitió a lo largo de la mañana y con diferentes devotos. Se conocía el milagro pero no se sabía el motivo el sacerdote se acercó a los pies del Cristo y observo una mancha amarillenta sobre el pie, delatando así el veneno. En contra de las pretensiones de los judíos no murió ningún cristiano y la fama del Cristo aumento por toda la ciudadano. Uno de los mas malvados fanáticos e intolerantes de aquellos pérfidos judíos era Abisaín, el cual vivía en la plaza de Valdecaleros, fue el quien llevó a cabo el proyecto que le propuso su amigo Sacao, y fue el mismo amigo quien le llevo la noticia del milagro acontecido aquella mañana, lo que le lleno de irá y de deseos de venganza.Aquella noche Abisaín no pudo dormir, y cuando el cansancio le hizo cerrar los ojos, fue para verse atormentado por visiones aterradoras en las cuales estaba siempre presente el Cristo persiguiendo a Abisaín con los brazos abiertos intentando estrecharle sobre su pecho. El desasosiego le duró durante el día y para relajarse fue a dar un paseo por la ciudad.Una tormenta se avecinaba, el cielo se oscurecía, los relámpagos iluminaban la atmósfera y los truenos retumbaban cada vez más cercanos. Volvió rápidamente el judío de su paseo con mayor malestar en su cuerpo del que salió de su casa. Sin darse cuenta entró en la ciudad por la puerta Agilana. La pequeña iglesia se hallaba solitaria y oscura; solo una débil lamparilla lucia al lado de la imagen del Cristo crucificado. Abisaín penetró en el recinto sagrado a pesar del odio que le tenía al Cristo. Observó con estupor y rabia como tenia un pie desclavado y separado del madero, a tal grado llegó su cólera que tomó un puñalillo que llevaba en su cinturón y se lo clavó en el pecho, la imagen cayó al suelo y un grito de dolor llenó el aire, pensó en huir por miedo pero el odio del judío le pudo y recogió la imagen del suelo, y la escondió en sus ropas y corrió hacia su casa, al llegar a ella antes de entrar comprobó que nadie le seguía, entró y arrojó al Cristo al corral a un estercolero, pensando en quemarlo al día siguiente.Al amanecer un rumor de gente en la puerta de su casa le delataban de haber robado al Cristo, ¿Cómo podía ser? Nadie le había seguido. Al levantarse y mirar sus ropas se dio cuenta que estaban ensangrentadas chorreando de sangre y un reguero de sangre les habían conducido a los cristianos hasta su casa a pesar de la lluvia.El Cristo fue rescatado y repuesto en el altar de su pequeña ermita y el judío apresado tras un juicio fue condenado por el delito y apedreado públicamente.

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