martes, 6 de abril de 2010

Palomares del Campo. Cuenca.






"D. Enrique, junto a sus incondicionales, los Maestres de Santiago, D. Juan Pacheco y el de Calatrava, se encuentra en el castillo de Montalbo. Era finales de Febrero de 1449. D. Álvaro de Luna, mediador entre el Príncipe D. Enrique y su padre, el Rey, Juan II, concierta una entrevista entre don Lope de Barrientos, Obispo de Cuenca y el Marqués de Villena, en la vecina villa de Palomares para hablar sobre la toma de Toledo. En representación de D. Álvaro, acude su Camarero personal Fernando de Ribadeneyra. Tras las conversaciones quedó concertado y asegurado que el Príncipe, D. Enrique, no recibiría Toledo, aunque se la ofreciera Pero Sarmiento. Cuando D. Álvaro supo del acuerdo, sale de Huete y se dirige a Montalbo, donde estaba el Príncipe. Y en el castillo de Montalbo se confirmó y juró la CONCORDIA de PALOMARES. Era 1 de Marzo de 1.449. Acuerdo, que, por cierto, de nada sirvió, por su incumplimiento". Crónica de Juan II.


El 27 de Diciembre de 1502, en la villa de Montalbo, otorga testamento Don Esteban Coello, modificado con el Codicilio posterior que firma el 28 del mismo mes. En el testamento, arremete contra su hijo, Hernando de Ribera, heredero del Mayorazgo de Villarejo de la Peñuela, a quien acusa de incumplimiento de las disposiciones testamentarias de la madre Doña Violante, ya fallecida, en el sentido de que éste heredase las rentas y el Señorío, sólo a la muerte del padre. Aclara D. Esteban que las rentas usurpadas alcanzan los 600.000 maravedíes y obliga a su hijo Hernando a dotar una Capellanía de 5.000 maravedíes anuales y donar 1.000 más al Hospital de Montalbo, a cambio de su perdón. Declara, además, haber concedido a este hijo en su casamiento 100.000 maravedíes en moneda y otros 100.000 en que fueron valorados 500 ovejas y 500 corderos, más una heredad en Palomares.


Fue Palomares a fines del siglo XIV y durante poco tiempo señorío de Pedro Carrillo de Huete que lo era de Priego y fue padre de la primera condesa. Entregado el Señorío por la reina Catalina, esposa de Enrique III, y señora de esta tierra, ella misma lo revoca en 1400. Fue Pedro Carrillo Halconero mayor de Juan II es a quien debe Huete la concesión del título de Ciudad. Palomares del Campo obtiene su privilegio de villazgo en 1553, pertenecía al sexmo del Campo de la ciudad de Huete, como se puede leer en la Relaciones Topográficas de 1578: “que desta villa pricipia un campo, grande y llano que va a la parte de la ciudad de Huete, que dura tres leguas, o poco menos; y que deste campo participan en labrar Carrascosa, y ansí llaman Carrascosa del Campo, y el Olmedilla, e los vecinos [...], Gaisos e Torrejoncillo”. Ya villa pertenece a los Ruiz de Alarcón, señores y condes de Valverde de Júcar, y como señores de Valera de Arriba- Valeria- y Santa María del Campo son condes de Javier y de Granada de Ega, también en ellos el señorío de Montalbo desde inicios del siglo XVIII. Descontentos del marqués de Leganés. Diego Mesía Dávila, primo del conde duque de Olivares, a quien la Corona concede su señorío y sin la cantidad total necesaria para ejercer el derecho de retracto es el obispo Francisco Ruiz de Alarcón quien aporta los 1.700 ducados en falta quedando como fianza del préstamo la jurisdicción de Palomares, la falta de pago lleva a los Alarcón el señorío de Palomares y de su despoblado de Fuente el Pez. Al Obispo continúa en 1675 Diego Ruiz de Sandoval, hijo natural de un sobrino carnal del Obispo, señor de Valera de Arriba, en cuya descendencia afincada en Tarancón sigue hasta la supresión de los Señoríos.


En tierras regadas por río Gigüela y su afluente el Jualón situamos los dos despoblados de Palomares, Fuente el Pez y La Torre.


Fuente el Pez.


Localizado en las inmediaciones de las ruinas de la ermita de San Miguel, conocidas también como torreón o castillo de San Miguel, en un área con abundantes restos romanos que incluyen la ermita de los Urbanos en Torrejoncillo del Rey en donde por los restos encontrados pudo existir un santuario. Próximo a la ermita se halla el sitio de Santa Brígida; donde se han encontrado monedas y otros restos del periodo romano. En las inmediaciones de esta ermita, en el conocido como Camino Real a Huete y actual carretera que viene desde Carrascosa del Campo y que corresponde a la vía romana que bajaba desde Ercavica, apareció un epígrafe votivo de un legionario de la Legio VII que por octava vez, dedicaba una ofrenda a las ninfas. En sus inmediaciones las minas de espejuelo de Torrejoncillo en el cerro de La Mora y en el de San Bartolomé, yacimientos que se completan con los de Palomares y Villas Viejas. Lugares todos en las proximidades de la calzada romana que procedente de Segobriga pasaba por Torrejoncillo hacia Erkavica en Cañaveruelas y cuya explotación tuvo una importancia fundamental en la economía romana. A través de una calzada que discurre paralela al río Gigüela pasando por Fuente el Pez se conectaban las minas de Valparaíso de Abajo y Torrejoncillo con la mina de Villas Viejas llamada Cueva del Toro situada cerca de la ciudad celtíbera de Contrebia. Aquí enlazaría con la calzada principal que se dirige al puerto de Cartagena.


Situado como hemos dicho en parajes de la ermita de San Miguel cuyas ruinas se sitúan junto al cauce del río Gigüela en el kilómetro 14 de la carretera que viene de Carrascosa y a unos seis kilómetros de Palomares. Aún puede verse algún resto de la atalaya de control y defensa del territorio del sur de alfoz de Huete. Se trata de una torre de base cuadrada y pequeñas dimensiones, que pudo servir de refugio a los moradores de la aldea, pero sobre todo, se construyó como atalaya con funciones de vigilancia y comunicación con las otras torres ubicadas en los lugares más altos de las aldeas del sexmo y con la propia ciudad de Huete. Don Rafael de Ribas, cura de Palomares del Campo en 1787, nos dice que: “Dentro de su jurisdicción está el despoblado, llamado Fuente el Pez distante una legua de esta villa, y respecto de ella está del poniente; se llama Fuente el Pez por una fuente del contigua del mismo nombre, en la que se crían, buenos pezes, y varbos: sólo se advierte al presente, en este despoblado una fortaleza, ó atalaya vastante destrozada". Huete durante las invasiones almorávide y almohade, además de los castillos de Albaráñez o de Luna en la misma ciudad de Huete, llamado también de Alvar Fañez; lugarteniente de El Cid que nombra igualmente una aldeaasí como el situado en el actual pueblo de Cuevas de Velasco dispuso de torres aisladas en las aldeas de su alfoz, donde se situaban puntos de vigilancia con el fin de alertar de posibles incursiones provenientes de Cuenca o Alarcón.

El asentamiento de Fuente el Pez ya existía en 1188. Fue en la segunda mitad del siglo XIV señorío de Mencia de Orozco que también lo fue de Valdejudios en Carrascosa; del que dista unos 3 kilómetros. Aldea con término propio que en la últimas décadas del siglo XVI ya estaba despoblada, según se recoge en las Relaciones Topográficas de Felipe II, aunque “la causa por qué se despobló no saben. En esta situación lo compra su lindera la villa de Palomares del Campo por l.500 ducados a la ciudad de Huete. Desde la segunda mitad del siglo XVII y hasta el fin de los señoríos con la constitución de Cádiz fue señorío de los Ruíz de Alarcón señores de Valera de Arriba y vecinos de Tarancón. En los diezmos que recibía la iglesia en el siglo XVIII, Fuente el Pez seguía apareciendo como un término independiente y los vecinos declaraban los frutos cogidos en él con independencia de los cogidos en el término de la villa de Palomares.

A partir de 1601, no pudo el Consejo de Hacienda vender más exenciones jurisdiccionales A partir de 1626, lo que se vendía eran vasallos. Si la aldea, tomaba la decisión de comprarse a sí misma, negando la constitución de un señorío particular, el resultado era una nueva villa. El precio era el mismo que la venta de jurisdicciones en el siglo anterior: 15.000 maravedíes por vecino, para las poblaciones situadas a la derecha del Tajo, en territorio de la chancillería de Valladolid, y 16.000 para las poblaciones situadas a la izquierda, pertenecientes a la chancillería de Granada; pero también podían venderse, atendiendo a la extensión del término, a razón de 6.400 ducados “de atresçientos y cinco mrs cada ducado por legua legal. Lo uno o lo otro a eleçion de su magestad o de los del dho su Conssº de Hazienda”.

El primer trámite para la transacción era fijar la población de la villa que se pretendía adquirir y depositar el tercio de su valor; después se hacía la medición del término y el censo de la vecindad. El cálculo casi siempre era inferior al real, para adelantar menos dinero. El buen resultado de este primer intento, animó a continuar con las ventas. Una Real Cédula de 15 de mayo de 1630 dispuso, previo consentimiento de las Cortes, que se vendieran otros 12.000 vasallos. En 1652, se vendieron doce pueblos y en 1658, se vendieron catorce más. En los últimos años del reinado de Felipe IV sólo hay algunas ventas esporádicas y en los primeros de su hijo y sucesor siguen haciéndose, aunque en pequeño número: cinco en 1667 y cinco en 1668. En 1670, el Reino protestó de las enajenaciones.

De 1626 a 1668 se vendieron 52.306 vecinos; de éstos, 20.082 correspondieron a jurisdicciones compradas por los propios lugares, 8.916 compradas por los nobles y 23.307 vasallos fueron comprados por compradores no nobles. Hay que tener en cuenta que no todas estas ventas dieron lugar a formación de señoríos, en muchos casos, las villas o lugares se compraron a sí mismos para evitar caer en poder de un señor o para exentarse de la cabeza de su jurisdicción160. Habrá que agregar, a las cifran anteriores, las poblaciones entregadas por el monarca a ciertos señores en pago de deudas y servicios; un móvil de prestigio y nunca motivos económicos, impulsaban, por regla general, a los compradores de lugares, pues esto facilitaba a su poseedor un ascenso social. La posesión de una villa o aldea, además de colmar su vanidad, pues recibían homenaje de los lugareños y colocaban sus armas en las iglesias, les daba ingreso a la categoría de señor de vasallos, paso previo, en algunos casos, a la nobleza titulada.

La villa de Palomares del Campo se eximió de la ciudad de Huete, según consta del privilegio concedido, el 27 de marzo de 1553. No sabemos con exactitud los motivos. Un hecho, que pudo ser determinante fue era el gran crecimiento demográfico del siglo XVI, tal y como revelan las Relaciones Topográficas de Felipe II: “que hay de presente trescientos y cuarenta vecinos, contados por padrón... y que antes de agora ha tenido menos vecinos, porque el mes de março del año pasado de cincuenta e tres... tenía con menores y viudas ducientos y sesenta vecinos, como consta del previlegio; y que el año de sesenta hizo averiguaciones Pero Díaz Laso, juez de S.M. sobre las alcabalas y tercias, y que por ellas consta que la dicha villa tenía docientos y ochenta vecinos, y que ansí han ido cresciendo; e que hay muchos vecinos pobres, e que algunos de ellos piden de limosna; y que la causa por qué se han crecido estos vecinos es porque se han ido casando".

Fuente el Pez, era una aldea dentro del sexmo del Campo, cuyo término era contiguo al de Palomares. Esta aldea desde finales del siglo XV estaba despoblada y según las Relaciones, “la causa por qué se despobló no saben. A mediados del siglo XVI, la mayor parte de las heredades de este término pertenecen a vecinos de Palomares del Campo, pues cuando se exime la villa en 1553 y se le señala dezmería, en ésta: “entra y se comprehende un heredamiento y término que se llama Puente el Pez que tiene un quarto de legua vulgar en largo y poco más o menos en ancho y como quiera que la jurisdicción al dicho término es de essa dicha villa por yncluirse en la dezmería”

Sin embargo, jurisdiccionalmente, el término de Fuente el Pez sigue perteneciendo al alfoz de Huete, como una de sus antiguas aldeas. El concejo de Palomares del Campo, solicitó a Felipe II que se le vendiese dicho término, a lo que se opuso la ciudad de Huete, porque “diz que la dha ziudad de Huete pretende que le perteneze a ella”, y obviamente se opuso a la venta; además, un caballero, Luis Carrillo de Guzmán, la pretendía comprar.

Para evitar agravios y daños, la villa de Palomares ofreció una mayor cantidad que Luis Carrillo. Dicha petición se vio en el Consejo de Hacienda y se acordó: “que se os vendiese la Jurisdicción del dho término por mil y quinientos ducados, por ende por aquella via y forma y manera que mexor puedo y de hecho y de derecho más puede y deue aprouechar otorgo y conozco que vendo a vos el conzejo, justizia y regidores, ofiziales y hombres buenos de la dha villa de Palomares la jurisdizión ziuil y criminal alta y vaja mero mixto ymperio del dho término o heredamiento que llaman Fuente el Pez según y como estaua deslindado y amojonado quando eximimos y apartamos de la jurisdizión de Huete la dha villa de Palomares para que los alcaldes hordinarios de la dha villa de Palomares perpetuamente para siempre jamás puedan usar y exerzer la dha jurisdizión civil y criminal entera y plenariamente, y oir y conozer de todos los negozios y delitos de qualquier género y calidad que sean que en el dho término de Fuente el Pez y en todo el ancho y largo deel en qualquier manera suzediera”.

La venta se confirmó en cédula otorgada en Toledo, el 22 de junio de 1560. La ciudad de Huete, perdió, por tanto, la jurisdicción sobre dicho término, donde “ni entren en él aprender ni prendar, ni visitar ni hazer otro ningún Acto de Jurisdizión, ni se entrometan a os perturbar la dicha jurisdizión”. Unicamente quedó inalterable la comunidad de pastos “que hasta aquí han tenido y al presente tienen los vezinos de la dha ziudad de Huete y essa villa y otros lugares en el dho término de Fuente el Pez”, especificándose que no se debe hacer novedad alguna”.

Fuentelpez también es el nombre con que se cita en el Libro de La Caza del infante don Juan Manuel una laguna en tierras de Carrascosa a donde llevaba sus aguas el río de Loranca.


La Torre.


El despoblado de La Torre se localiza en el paraje de La Torrecilla cruzado por el río Jualón y a unos dos kilómetros al noreste del núcleo urbano desde aquí podemos acceder a su emplazamiento por el camino del Molinillo. Esta localización lo sitúa en las inmediaciones de la calzada de Cartagena a Sigüenza y junto a las vías que permitían la salida hacia el litoral del espejuelo obtenido en las minas localizadas en el cercano Torrejoncillo y en Valparaíso de Abajo. Sin olvidar en este sentido el importante emplazamiento del Cerro del Pulpón en Carrascosa dedicado a la fabricación de armas, utensilios de metal y a la acuñación de monedas. No se aprecian restos en superficie de posibles construcciones en tierras de este despoblado. A uno dos kilómetros al norte del emplazamiento de La Torre situamos el despoblado de Los Torrejones en tierras de Torrejoncillo del Rey.


Si seguimos a don Dimas Pérez, archivero diocesano de la catedral de Cuenca, podemos decir que este despoblado era en 1326 era señorío de Alfonso Martínez de Ribera llamado de Huete por su oficio de gobernador de la fortaleza de Huete con el título de alcaide ya en 1320 con Alfonso XI. Hijo de Alfonso Martínez, casado con una Ribera, caballero de origen gallego que entra en Castilla al servicio de Fernando IV y probablemente también alcaide ya del castillo de Huete. En 1328 al levantar el sitio de Escalona Alfonso XI recompensa al alcaide del castillo de Huete por su fidelidad y servicios con los señoríos de la aldea y castillo de Anguix, de la aldea de Villarejo de la Peñuela en la tierra de la ciudad de Huete y de Cabrejas y Valmelero del alfoz de la ciudad de Cuenca. La donación será confirmada en 1329 por el concejo de la Ciudad. Su hijo y II señor López de Ribera casa con su pariente Violante López de Ribera. Su nieta Violante Ribera nacido en 1420 casa con el III señor de Montalbo Estaban Coello de ellos serán descendientes desde fines del siglo XV por línea masculina los señores de Montalbo, el Hito y Villar de Cañas y sus primos los señores de Villarejo de la Peñuela, Valmelero y Cabrejas. En 1346 Alfonso Martínez de Huete compra la mitad de San Pedro Palmiches y en 1370 completa su posesión con la compra de la otra mitad en ambos casos a vecinos de Huete. En 1431 el III señor de Villarejo de la Peñuela Fernando de Ribera escudero de Diego Hurtado de Mendoza, I señor de Cañete, intercambia con él la aldea de San Pedro Palmiches y Puente del Guadiela por las de Valdeganga, Carcelén y Montealegre, ahora del Castillo, en tierras de Albacete. Posesiones que vienen al señorío de Cañete por el matrimonio de Diego Hurtado de Mendoza con Beatriz de Albornoz señora de ellas como herencia de su padre el señor de Albornoz. Fernando de Ribera separó ambas villas al vender Carcelén a don Pedro de la Plazuela, sobre el año 1453. Doña Violante, heredera de don Fernando, vendió también en 1453 la villa de Montealegre con su castillo y fortaleza a don Miguel Ruiz de Tragacete, alcalde mayor de Villena, oídor del Consejo Real de Castilla en el reinado de Juan II y Enrique IV.


La Torre es vendido al I señor Cañete en 1431 junto con Carcelén, Montealegre y Valdeganga por el III señor de Villarejo. No confundir con el despoblado de la Torre en Moncalvillo, Huete, de los duques de Granada de Ega, ahora titulares y desde inicios del siglo XVIII señores de Montalbo, el Hito y Villar de Cañas. Tampoco estos con el despoblado de Torre del Monje en las tierras del sur de la provincia.

La villa de Palomares del Campo, en el año de 1654, fue cedida por Felipe IV al II marqués de Leganés, en premio a sus buenos servicios. El II marqués de Leganés, IV duque de Sanlucar la Mayor, mantuvo el señorío al menos hasta enero de 1660. Muere el marqués en 1666. Los vecinos se resistieron a esta cesión y venta y ofrecieron tanteo y compraron la jurisdicción por 17.000 ducados, para lo cual recibieron un censo, por valor de dicha cantidad, de don Francisco de Alarcón, obispo de Córdoba. La villa quedó en una situación especial, pues aunque se libró de ser señorío dependiente del marqués de Leganés, quedó como en depósito de don Francisco de Alarcón y sus descendientes, hasta que: “la villa le aprontase dha cantidad, en cuya virtud hizo dho señor donación de su derecho en un sobrino suyo llamado Don Diego de Alarcón, caballero del Orden de Santiago, vecino de la villa de Tarancón”.

El 17 de diciembre de 1660 ya estaba la villa bajo el poder de don Francisco de Alarcón; el obispo tenía, entre otras cosas, facultad para confirmar los oficiales que la villa elegía. En 1787, año en que don Rafael de Ribas, párroco de Palomares del Campo, envió las respuestas al interrogatorio de Tomás López, los derechos sobre la villa por sucesión, los poseía doña Francisca Teresa Ruiz de Alarcón. Los citados derechos consistían en que la señora elegía las justicias de la villa, sin otra regalía. Podemos, pues, decir que se evitó la venta, pero no la incautación de la prenda por el acreedor. Los descendientes de don Diego de Alarcón, poseían derechos de tipo jurisdiccional sobre ésta, en tanto no se devolviese el censo; Palomares del Campo se había convertido en un señorío.


Diego Velázquez Dávila y Bracamonte, I conde de Uceda. Casa con María de Sarmiento de Castro, hija de Diego Sarmiento de Mendoza, IV conde de Rivadavia, y de Leonor de Castro y Portugal, hija de Diniz de Portugal, hija del III duque de Braganza, y de Beatriz de Castro, III condesa de Lemos, sin sucesión. Casa el I conde de Uceda por segunda vez con Leonor de Guzmán, hija de Pedro de Guzmán, I conde de Olivares, alcaide de los Alcázares de Sevilla, Contador Mayor del rey, mayordomo mayor del rey Felipe II, y de Francisca de Ribera Niño. Es Leonor hermana del II conde Olivares y así tía del conde-duque.

La Casa de Olivares procede de una rama secundaria de la Casa de Medina-Sidonia desvinculada de la principal a principios del siglo XVI, Sus señoríos jurisdiccionales eran Olivares, Heliche, Albaida del Aljarafe, Camas, Castilleja de Guzmán, Castilleja de la Cuesta, Salteras y Tomares.

El condado de Olivares fue concedido por Carlos I concedió en 1539 a Pedro Pérez de Guzmán y Zúñiga, hijo del III duque de Medina-Sidonia y contador mayor del Rey. Su nombre se refiere al municipio andalúz de Olivares, en la provincia de Sevilla.

Gaspar de Guzmán y Acevedo, III conde de Olivares, Grande de España, I marqués de Eliche en 1624, I duque de Sanlúcar la Mayor en 1625, I conde de Arzacollar en 1632, el Conde-Duque, alcaide de los Alcázares de Sevilla, gentilhombre de la cámara y sumiller de corps del rey Felipe IV, ministro y valido del rey Felipe IV.

Del segundo matrimonio del I conde de Uceda es cuarto hijo Diego Mesía Dávila Felípez de Guzmán, I marqués de LEGANÉS. Casa primero con Policena Spínola y Doria, hija de Ambrosio de Spínola, I duque de Sesto en Nápoles, I marqués de los Balbases, Grande de España, conquistador de Breda y Gobernador de Milán, y de Giovanetta Bacciadonne y Doria. Casa despues con Juana de Rojas y Córdoba, V marquesa de Poza, en lo que son terceras nupcias para ella, sin sucesión. Es madre la V marquesa de Poza de su primer matrimonio de la VI marquesa de Poza que casa con su hijastro el II marqués de Leganés y de su segundo matrimonio del V marqués de Almazán que casa con su hijastra Inés.

Había casado la V marquesa de Poza, Juana de Rojas y Córdoba, primero con su tio Francisco de Córdoba de los IV duques de Soma y V duques de Sessa, padres de la VI condesa de Poza, y despues con Lope Hurtado de Mendoza y Moscoso, IV marqués de Almazán, hijo primogénito del VII conde de Altamira y de la III marquesa de Almazán, con sucesión en los condes de Altamira y marqueses de Almazán; luego marquesés de Leganes a la muerte sin hijos de su hijastro y III titular que es en función del juego de estos matrimonios primo hermano del VIII Altamaira, en sucesión de su bisabuelo, y VI Almazán nieto de la VI marquesa de Poza y del I marqués de Leganés.

Es hija la V marquesa de Poza de la Sal, Burgos, de Luis Fernández de Córdoba Cardona y Requeséns, VI duque de Sessa, Terranova y Santángelo, IV duque de Baena, VIII conde de Cabra, VIII vizconde de Iznajar, V duque de Soma, conde de Palamós, Calonge y Oliveto, barón de Belpuig y Linola, señor del Valle de Almonacid, Gran Almirante del Reino de Nápoles, y de Mariana de Rojas, IV marquesa de Poza.

El marquesado de Poza fue concedido por Carlos I en 1537 a Juan de Rojas y Castilla, hijo de Elvira de Rojas, V señora de Poza y de Diego de Rojas, señor de Monzón. Es Gonzalo de la Cierva y Moreno, el actual marqués de Poza

El ducado de Soma, es un título nobiliario español creado por los Reyes Católicos en 1502, a favor de Ramón Folch de Cardona y Requesens, IX barón de Bellpuig, I conde de Oliveto, conde di Alvito, (en Nápoles). Hijo de Antonio Folch de Cardona, X barón de Bellpuig y de su mujer Castellana de Requesens, baronesa de Linyola, hija del conde de Molins de Rey.
Ramón Folch de Cardona y Requesens, procedía de una rama segundona de la familia Cardona, duques de Cardona
El título fue rehabilitado en 1893 por el rey Alfonso XII, durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena,a favor de Alfonso Osorio de Moscoso y Osorio de Moscoso.

Del primer matrimonio del I marqués de Leganés son hijos Gaspar, II marqués de LEGANÉS, que sigue y casa con la VI marquesa de Poza, de Inés que casa con Gaspar de Mendoza y Moscoso, V marqués de Almazán, y de Ambrosio Ignacio Spínola, menino del Príncipe Baltasar Carlos, canónigo dignidad de la Catedral de Compostela 1643, canónigo arcediano de Reina, rector de la Universidad de Salamanca 1652, canónigo de la Catedral de Toledo, ordenado presbítero en 1656, obispo de Oviedo 1665, arzobispo de Santiago 1668, arzobispo de Sevilla 1669.

Es hermano mayor del I marqués de Leganés Juan Velázquez Dávila y Bracamonte, Mesía y Ovando, II conde de Uceda, señor y I marqués de Loriana.

Emparentados los marqueses de Leganés con los condes de Olivares, con los marqueses de Uceda y Loriana y estos con los duques de Salvatierra y los marqueses de Ariza, con los condes de Alba de Liste y los marqueses de Almazán a quienes irá Leganés. Están emparentados los marqueses de Leganés también con los condes de Arcos.

Diego Mesía y Guzman, I marqués de Leganés casa primero con Polissena Spinola. Padres de Gaspar Mesía y Guzmán, II marqués de Leganés, que casa con Francisca de Cordoba, VI marquesa de Poza, hija de la V marquesa de Poza y su primer marido y a la vez tio Francisco de Córdoba, de los V duques de Sessa y IV de Soma, y de Inés de Mesia de Guzmán que casa con Gaspar de Moscoso Osorio,V marqués de Almazán, hijo de la V marquesa de Poza y su segundo marido el IV marqués de Almazán. El II legánes y su hermana casan con hijos de los anteriores matrimonios de su madastra la V marqesa de Poza.

Siendo los Almazán, ya Altamira, a quienes va el marquesado de Leganés a la muerte del III titular.

El I marqués de Leganes casa en lo que son terceras nupcias para ella con Juana de Rojas y Córdoba, V marquesa de Poza, que había casado en segundas nupcias con Lope Hurtado de Mendoza y Moscoso, IV marqués de Almazán, conde de Monteagudo, hijo primogénito del VII conde de Altamira con quien tiene a Gaspar de Mendoza y Moscoso, V marqués de Almazán, que casa con su hijastra Inés. Padres de Luis María Melchor de Moscoso Osorio Mendoza y Rojas, VIII conde de Altamira en sucesión de su bisabuelo, X conde de Monteagudo, VI marqués de Almazán, conde de Lodosa, VI marqués consorte de Poza, señor de la casa de Moscoso.


Gaspar de Moscoso Osorio, VII conde de Altamira, casa con Antonia de Mendoza, III marquesa de Almazán, VII condesa de Monteagudo. Padres de Lope Hurtado de Mendoza y Moscoso, VIII conde de Monteagudo, IV marqués de Almazán. Casa con Juana de Rojas y Córdoba, VI marquesa de Poza. De su matrimonio con el IV marqués de Almazán es madre de Gaspar de Mendoza y Moscoso, V marqués de Almazán, que casa con Inés Mesía de Guzmán, hija de Diego Mesía Dávila Felípez de Guzmán, I marqués de Leganés y de su primera mujer Policena Spínola y Doria. Padres los V marqueses de Almazán de Luis María Melchor de Moscoso Osorio Mendoza y Rojas, VIII conde de Altamira , X conde de Monteagudo, VI marqués de Almazán, conde de Lodosa, VI marqués de Poza, señor de la casa de Moscoso.

Es así que el III marqués de Leganés, merto sin hijos, es primo hermano del VII Altamira y VI Almazán que sucede en el marquesado de Leganés.

Gaspar Dávila Mesía y Felípez de Guzmán, II marqués de LEGANÉS, IV duque de Sanlucar la Mayor, I marqués de Morata de la Vega en 1635, Grande de España, Virrey de Valencia, gobernador de Orán, muere en 1666. Casa en 1642 con Francisca de Córdoba, VI marquesa de Poza, hija de Francisco de Córdoba de los IV duques de Soma, III duques de Baena, VII condes de Cabra, y de Juana de Córdoba y Rojas, V marquesa de Poza, hija de Luis Fernández de Córdoba Cardona y Requeséns, VI duque de Sessa, V duque de Soma, y de Mariana de Rojas, IV marquesa de Poza. Su hijo y sucesor III marqués de Leganés no tiene hijos de su matrimonio. Continúa su primo hermano Luis María Melchor de Moscoso Osorio Mendoza y Rojas, VIII conde de Altamira, X conde de Monteagudo, VI marqués de Almazán, conde de Lodosa, VI marqués de Poza, señor de la casa de Moscoso.

En la genealogia de los marqueses de Leganes, Grandes de España, Inés aparece como hermana del I marqués de Leganés.

Es ahora Gonzalo Barón y Gavito, XXI duque de Sessa, XIII marqués de Leganés, XX conde de Altamira, cinco veces Grande de España.

Ducado de SESSA concedido en 1507 en Nápoles por los Reyes Católicos a Gonzalo de Córdoba, el Gran Capitán. Considerado desde el siglo XVI como Título de Castilla.

Ducado de SANTANGELO concedido en 1497 en Nápoles por los Reyes Católicos a Gonzalo de Córdoba, el Gran Capitán. Rehabilitado como Título del Reino con Grandeza de España 1918 por Alfonso XIII a favor de María de la Soledad Osorio de Moscoso y Reynoso.

Ducado de TERRANOVA concedido en 1502 en Nápoles por los Reyes Católicos a Gonzalo de Córdoba, el Gran Capitán. Rehabiltado como Título del Reino con Grandeza de España 1893 por Alfonso XIII a favor de Alfonso Osorio de Moscoso y Osorio de Moscoso.

Ducado de ANDRIA concedido en 1507 en Nápoles por los Reyes Católicos a Gonzalo de Córdoba, el Gran Capitán. Rehabilitado como Título del Reino con Grandeza de España 1904 por Alfonso XIII a favor de José Alfonso de Bustos y Ruiz de Arana, vizconde de Rias.

Ducado de MONTALTO concedido en 1507 en Nápoles por los Reyes Católicos a Gonzalo de Córdoba, el Gran Capitán. Rehabilitado como Título del Reino y Grandeza de España 1919 por Alfonso XIII a favor de Fernando de Bustos y Ruiz de Arana. Emparentado con el actual duque de Huete.

Durante los años en que Portugal estuvo en la monarquia española fueron muchos los politicos, militares o en este caso banqueros que adquienen posesiones y títulos en las tierras de Castilla como pago a sus servicios y como medio de aumentar las mermadas arcas de la Hacienda. En las tierras de Cuenca además de las que aquí nos ocupan en poder del banquero Sylveira están Palomares del Campo y Vellisca.

A raíz de nuevas ventas de vasallos por la Corona entre los años 1646 y 1656 encontramos estos lugares en manos del banquero don Jorge de Paz Sylveira, barón de San Quintín y de su prima y mujer Beatriz de Sylveira desde 1646. Posiblemente no llegaría a pisar estos lugares de su señorío y jurisdicción, como pasa en muchos otros casos en estas tierras donde no se puede encontrar noticias de casa habitada por sus señores. A la muerte del banquero un año después de la concesión hereda su mujer. Sin descendencia el matrimonio a doña Beatríz hereda don Diego de Sylveira, sobrino de don Jorge y a este un primo hermano de doña Beatriz, don Jacinto de Lemos. En 1688 vuelven a la Corona que las vende en 1680, excepto Naharros, Cuevas de Catañazor y Valdecolmenas de Arriba a don Diego de Velasco, primer marqués de Cuevas de Velasco, en quienes siguen hasta el fin de los Señoríos con la constitución de 1812.


Entre 1627 Y 1639 Jorge de Paz Silveira recibe de la Hacienda de Felipe IV casi 224 millones de marevedíes.


Dentro de Castilla, entre 1640 y 1641 la Corona se apoyó especialmente en los asentistas portugueses, auténticos expertos entonces en la manipulación del vellón. Todo hacía pensar que, tras la rebelión portuguesa, abandonarían las negociaciones con la Monarquía, pero ocurrió
todo lo contrario. Desde 1640, el número de portugueses vinculado al crédito y, por lo tanto, a los metales preciosos, aumentó con respecto al período anterior. Los portugueses sabían que se jugaban mucho en el resultado de la contienda. Respondieron con generosidad los ya tradicionales. Jorge de Paz Silveyra, Duarte Fernández y Fernando Tinoco. Junto a ellos se fueron sumando toda una serie de nuevos prestamistas, más ligados a los negocios mercantiles que a los financieros. Este grupo, que hasta entonces se había mantenido en un segundo plano,
no tuvo más remedio ahora que salir del anonimato para ayudar a la Real Hacienda castellana. Sin embargo, a pesar de su número, las cantidades que aportaban eran demasiado pequeñas para cubrir los gastos de la Monarquía, y eso se reflejó también en su menor participación a la
hora de recibir caudales en la Casa de la Contratación. Nunca superaron lo recibido por los pocos banqueros genoveses que aún seguían en la Corte. Una vez que Olivares abandonó la escena política, los banqueros lusos fueron poco a poco retirándose de la Península Ibérica. Castilla perdió así unos importantes aliados a la hora de estar presente en las rutas y en los centros comerciales del norte europeo.

Entre 1640 y 1647 recibe casi 160 milloes de maravedíes.


Cobra de la Casa de Contración entre 1621 y 1665 casi 383 millones de maravedíes el 15% de los recibido por los banqueros portugueses en Castilla.

Horcajada de la Torre a la muerte de doña Beatriz pasa por tanteo a la Corona en 1650.


Naharros y Valdecolmenas de Arriba después de su vuelta a la Corona en 168o fueron vendidos en 1685 como marquesado a don Jerónimo de Eguía y Aguirre, caballero Vascongado, presidente de la Real Casa de Contratación. Señor de Torrejoncillo por poco tiempo por ejercer la Villa su derecho de tanteo, marqués de Naharros que sigue en sus descendientes hasta el fin de los señoríos.

La Sociedad Vascongada de Amigos del País tiene entre sus fundadores a don José María de Eguía y Aguirre, 1753-1803. José- Joaquín- María de Eguía, tercer marqués de Narros, Azcoitia, 1733 - Vitoria, 1803, ilustrado español. Junto con el conde de Peñaflorida y Manuel Ignacio Altuna formaron el Triunvirato de Azcoitia o los Caballeritos de Azcoitia que dieron origen la Rea Sociedad Vascongada de Amigos del País. Fue secretario perpetuo y tercer director de la sociedad.
En 1758 fue diputado general de Guipúzcoa. En 1793 fue diputado de guerra por Guipúzcoa, al estallar la guerra contra la Francia revolucionaria.
Es autor de la traducción de "La clemencia de Tito" de Metastasio y de un "Elogio de Peñaflorida".


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