miércoles, 3 de noviembre de 2010

San Esteban de Gormaz. De don Álvaro de Luna a la Casa de Alba.




A don León de Corral, que fuera catedrático de la Universidad de Valladolid, debemos el conocimiento del documento con las acusaciones que en contra de don Álvaro de Luna mandó redactar su propio nieto el II marqués de Villena, quien casó con doña Juana de Luna, nieta y heredera de la Casa del Condestable de Castilla. Este desconocido documento fue encontrado por don León del Corral, pariente de los duques de Granada de Ega, en el archivo que el ducado de Granada de Ega conserva en su casa solar de Zarauz.

Parece que no es posible dudar de la autenticidad de este documento. Parece ser el original y está dirigido al Consejo Real. Con las acusaciones contra el Condestable que en él se recogen se pretendió demostrar la alta traición del Condestable hacia Juan II de Castilla. Si hubiera sido este el proceder del Condestable estaba justificada la confiscación de los estados y bienes del don Álvaro de Luna y de igual modo la apropiación por el II marqués de Villena de la herencia del Condestable. Así el Villena entraba en posesión de los extensos y ricos dominios del condado de San Esteban de Gormáz por la muerte de su mujer en 1480 y luego de su hijo Juan Pacheco de Luna de Luna, único hijo del matrimonio del marqués en 1469 con doña Juana de Luna, III condesa de San de Gormaz, hija única y póstuma de su padre don Juan de Luna y Pimentel, II conde de San Esteban de Gormaz, segundo hijo del Condestable y de su segunda mujer doña Juana Pimentel. Podemos encontrar que nace don Juan de Luna y Pimentel en 1435 y muere en 1459, seis años después que su padre el Condestable fuera ajusticiado en Valladolid. Su hermana, primogénita del Condestable y doña Juana Pimentel, es doña Maria de Luna y Pimentel que pudo nacer hacia 1432 y casa en 1460 con el II duque del Infantado. Doña María de Luna y Pimentel , hija del Condestable, muere después de 1502. En este año funda mayorazgo en su hijo y futuro III duque del Infantado, tras facultad real del año anterior. 

Don Juan Pacheco de Luna, hijo de doña Juana de Luna, III condesa de San Esteban de Górmaz y  nieta del Condestable como hija de su hijo don Juan, había nacido en la conquense población de Belmonte, solar de los duques de Villena, en 1472. Muere en 1501.

Muerta en 1480 la III condesa de San Esteban de Gormaz se desata el pleito de Villena con el Infantado, que morirá en el año 1500, por querer conservar el primero el condado de San Esteban de Gormaz para su hijo, y querer el segundo el Condado como esposo de la primogénita y heredera del Condestable a la muerte de su hermano el II conde de San Esteban de Gormaz. Muere el II marqués de Villena en 1529. El ducado de Escalona es concedido en 1475 por Enrique IV a Juan Pacheco, cuyo hijo y II marqués de Villena y II duque de Escalona había casado antes, en 1469,  con la nieta del Condestable. Escalona del patrimonio del Condestable pasa a la Corona y vuelve de nuevo a los Luna a la muerte del I duque de Escalona en 1474 y pasar el título a su hijo y heredero casado con la nieta del Condestable desde 1469.

El condado de San Esteban de Gormaz debía volver por derecho de legítima sucesión a la Casa Ducal del Infantado, con quien litiga el ya viudo II marqués de Villena y para lo cual manda redactar el documento del que estamos hablando. Es el II marqués de Villena sobrino del II duque del Infantado, don Íñigo López de Mendoza, por la boda del Infantado con doña María de Luna y Pimentel. Es doña Maria de Luna y Pimentel tía de la mujer del Villena como hermana del padre de ésta don Juan de Luna y Pimentel siendo tanto doña María como don Juan hijos del Condestable y de doña Juana Pimentel, “la triste condesa”. Es doña Juana Pimentel hija de don Rodrigo Alonso Pimentel, II conde de Benavente, y de doña Leonor Enríquez de Mendoza de los I señores de Medina de Río Seco, Valladolid. Don Álvaro y doña Juana Pimentel casan a comienzos del año 1431. Doña Juana muere en 1488. En el año 1484, La Reyna Doña Isabel concede facultad á la Condesa Doña Juana Pimentel para fundar Mayorazgo de qualesquicra bienes suyos, villas, lugares, castillos, y de los que dio en dote á su hija Doña Maria de Luna”. Dos años después, en 1486, los RR. CC. confirman el Mayorazgo fundado por doña Juana Pimentel.

Don Diego López Pacheco, II marqués de Villena, será el V conde de San Esteban de Gormaz por la muerte en 1480 de su mujer y III condesa de San Esteban de Gormaz, y la de su hijo, don Juan Pacheco de Luna, el futuro IV conde de San Esteban de Gormaz, en 1501. Muere el II marqués de Villena en 1529 y le sucede en el marquesado de Villena y en el condado de San Esteban de Gormaz su hijo don Diego López Pacheco, III marqués de Villena y VI conde de San Esteban de Gormaz, hijo del segundo matrimonio del II marqués de Villena con una prima segunda de su primera mujer.

Es doña Juana de Luna, III condesa de San Esteban de Gormaz, señora de la ciudad de Osma, de las villas segovianas de Riaza, Maderuelo, Castilnovo y Fresno de Cantespino, de las sorianas de Langa, Oradero, Alcozar y Barahona. Está sepultada en la catedral de Cuenca.
En la Casa de Villena se mantiene el condado de San Esteban de Gormaz y es a mediados del siglo XVIII don Felipe Pérez Pacheco y de la Cueva Acuña Girón y Portocarrero Manrique Silva Cabrera y Bobadilla, entre otros títulos, el XII marqués de Villena y el XIV conde de San Esteban de Gormaz.

Sin hijos de su matrimonio pasa la titularidad del condado de San Esteban de Gormaz a la Casa de los condes de Montijo. Veamos la razón de ello. “Ya viudo de su primera mujer, doña Elvira Portocarrero, el Condestable y poderoso valido de Juan II, don Álvaro de Luna, levantó pasión en la también ya viuda doña Margarita Manuel, biznieta del infante don Juan Manuel, el poderoso valido del rey Juan II, con quien tuvo a Pedro de Luna, señor de Fuentidueña, que con el tiempo se elevaría a condado que hoy en día es uno de los títulos de la casa de Alba de Tormes”. El Condestable y doña Elvira casan en 1420. El matrimonio no tiene hijos. El Condestable y doña Margarita Manuel son padres de don Pedro de Luna, I señor de la villa segoviana de Fuentidueña. De él descienden los condes de Fuentidueña también condes de Montijo por matrimonio de la II condesa de Fuentidueña con el III conde de Montijo. En el siglo XIX doña María Francisca Portocarrero Palafox y Kirkpatrick, XX condesa de San Esteban de Gormaz, VIII condesa de Fuentidueña y IX condesa de Montijo, casa con el XV duque de Alba, don Jacobo Luis Fitz-James Stuart Ventimiglia Álvarez de Toledo Beaumont y Navarra. La titularidad del condado de San Esteban de Gormaz y la del condado de Fuentidueña se mantienen en la Casa de Alba. La titularidad del condado de Montijo seguirá en la descendencia de don Fernando Fitz-James Stuart y Falcó, XI conde de Montijo, nieto de doña Francisca y hermano del XVII duque de Alba, don Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, y así tío de doña María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva la actual titular de la Casa de Alba. Es la XVIII y actual duquesa de Alba la XXIII condesa de San Esteban de Gormaz y la XI condesa de Fuentidueña.

El actual titular y XIII conde de Montijo es don Jacobo Hernando Fitz-James-Stuart y Gómez nacido el 15 de noviembre de 1947. Es el XIII y actual conde de Montijo primo segundo de la XVIII duquesa de Alba y condesa de San Esteban de Gormaz y de Fuentidueña. El título de Conde de Montijo fue concedido el 13 de diciembre de 1599 por Felipe III a don Juan Portocarrero y Manuel de Villena, mayordomo del Rey, señor de Montijo en Extremadura.

Fue doña María Francisca de Sales Palafox Portocarrero y Kirkpatrick dama de la reina Isabel II. Nace en el año 1825 y muere en 1860. Era hermana de la emperatriz Eugenia, mujer de Napoleón III, emperador de los franceses, e hija de don Cipriano de Palafox y Portocarrero, VIII conde del Montijo, y de doña María Manuela Kirkpatrick de Closeburn. Es el VIII conde Montijo hermano de don Eugenio de Palafox y Portocarrero que casa con doña María-Ignacia de Idiaquez y Carvajal, hija de don Francisco de Borja de Idiaquez y Palafox, IV duque de Granada de Ega, y hermano del V titular de Granada de Ega. Este matrimonio, sin hijos, explica la existencia en el archivo de los duques de Granada de Ega en la casa solar de Zarauz de la documentación relativa al Condestable y al duque de Villena con la que hemos abierto estas notas.

Para terminar estas notas dedicadas a la villa de San Esteban de Gormaz nos ocupamos ahora de la propia figura del Condestable.

El Todopoderoso Condestable de Castilla y Valido de Juan II, maestre de de la orden militar de Santiago, camarero mayor y notario mayor de Castilla, gobernador de la persona y casa del Príncipe detento a lo largo de su vida los títulos de duque de Trujillo, conde de San Esteban de Gormaz y de Alburquerque, señor de Fresno, Higuera de las Dueñas, Villanueva de la Torre, Castilnovo, Ledesma, Cihuela, Deza, Alcozar, Riaza, Barahona, Cuerva, Portillo, Campisábalos, Cienmolinos, Alvendiego, Los Condemios, Colmenar, señor de las ciudades de Osma y Trujillo y de las villas de Arjona, Azaga, Sepúlveda, Cobdesera, Cuellar, Montemayor, Ayllón, Maderuelo, Fresno de Cantespino, Ciria, Beteta, Torralba, Alba de Liste, Juvera, Cornago, Escalona, Arenas de San Pedro, San Martín de Valdeiglesias, Alamín, Méntrida, El Prado, La Torre de Esteban Hambrán, La Adrada, Langa de Duero, Rejas, Maqueda, San Silvestre, Castil Bayuela, Montalbán- puebla de Montalbán- y del Infantado de Guadalajara. Fue alcaide de Alfaro, Clavijo, Priego, Alcalá la Real y Talavera y alcalde mayor entre cristianos y moros en los obispados de Córdoba y Jaén. En sus manos el señorío de setenta villas e innumerables lugares.

Fue don Álvaro hijo natural de don Álvaro de Luna, rico hombre de Aragón, copero de Enrique III, señor de Alfaro, Jubera, Cañete y Cornago; nieto de don Juan Martínez de Luna, señor también de Alfaro, Jubera, Cañete y Cornago, cuyo hermano don Pedro de Luna, cardenal de Aragón, fue Benedicto XIII, el Papa Luna. Fue legitimado por el rey Juan II y por el papa Eugenio IV para entrar en la orden de Santiago.

Por su padre pertenece don Álvaro al poderoso linaje aragonés de los señores de Luna en Huesca, que se remonta a los inicios del siglo XII, y por su abuela paterna al no menos poderoso de los Albornoz. Ambos linajes emparentados con la Casa Real. Sin olvidar, que pudo ser nieto materno – no lo fue por su condición de hijo natural - del mayordomo mayor del rey don Juan Hurtado de Mendoza" el Límpio" y de una sobrina de Enrique II. Es a “el Límpio” a quién don Álvaro arrebata el control de la política castellana. La capilla de Santiago de la catedral de Toledo guarda sus polémicos restos, así como de los de su segunda esposa doña Juana de Pimentel. Su inscripción funeraria recoge su muerte en el mes de julio del año 1453 cuando ésta aconteció el 2 de junio.

Su nacimiento no se conoce con exactitud, se sitúa entre los años 1388 y 1390. Álvaro es el fruto bastardo de los amores de su padre con María de Járaba "la Cañeta", conversa, hija del alcaide de la fortaleza de Cañete. De estos amores llegarían a nacer varios hijos, aunque sólo se conoce con certeza la existencia de dos; el otro es don Juan de Luna o de Cerezuela que será arzobispo de Toledo. Álvaro de Luna pasa sus primeros años en Cañete. A la muerte de su padre, contando Álvaro siete u ocho años su tío el arzobispo de Toledo don Pedro Martínez de Luna lo saca de Cañete y se ocupa de que reciba una educación de caballero para lo que lo pone al servicio de su tío-abuelo don Pedro Jiménez de Luna, el futuro Benedicto XIII; el Papa Luna. Con catorce años, sus cualidades y las influencias familiares le permiten entrar en la Corte. Con dieciocho es paje del príncipe Juan; apenas cuenta ahora tres años el que será Juan II. Álvaro tiene ya dieciocho años y el aprecio del rey, comparten aficiones y el gusto por las artes y las letras; recordemos que don Álvaro es autor de la obra "De las virtuosas y claras mujeres".

Poco a poco se va haciendo patente que don Álvaro posee unas dotes políticas excepcionales y una considerable falta de escrúpulos unidas a un gran afán de poder. Estas afirmaciones se contradicen con lo que afirma en su "Generaciones y Semblanzas” Fernán Pérez del Pulgar de cuya lectura se deduce que si no era Juan II el que ponía orden en el Reino alguien debía hacerlo y esa tarea fue la acometida por don Álvaro. En parecidos términos se expresa Marcelino Menéndez Pelayo que hace sobresalir en él sus virtudes y lo considera victima de la fatalidad histórica.

Los primeros pasos de don Álvaro en tareas de gobierno son prudentes buscando consolidar su posición lo que no le impide socavar la posición del mayordomo mayor, como hemos dicho el que pudo ser su abuelo, y a quien el rey había dejado nominalmente a cargo del gobierno. Era el mayordomo mayor señor de las tierras sorianas de Almazán, Morón de Almazán, y Gormaz. Juan II es nombrado rey con quince años, siendo un hombre de carácter débil para los menesteres de gobernar. En el año 1420, Álvaro de Luna casa con doña Elvira de Portocarrero hija del señor de Moguer y su sobrina doña María, VII señora de Moguer, lo hará en 1442 con Juan Pacheco que será desde 1445 el I marqués de Villena. En pago a sus servicios, el favorito recibe en este mismo año de 1445 el maestrazgo de la orden de Santiago. En 1431, viudo y sin hijos de doña Elvira Portocarrero, casa en segundas nupcias con doña Juana de Pimentel, hija del II conde de Benavente. Son padres de doña Maria de Luna que casa con su pariente el II duque del Infantado, don Íñigo López de Mendoza y Luna, que es bisnieto de don Juan Hurtado de Mendoza “el Limpio” ya que un hijo de éste y de su mismo nombre casa en terceras nupcias con doña María Martínez de Luna, prima del Condestable, siendo éstos los padres de Brianda de Luna que es la madre del II duque del Infantado. La política castellana es así un complicado juego de intereses y alianzas donde los matrimonios sirven para reforzar posiciones, se convierten en moneda de cambio y en un recurso más de las estrategias de poder que no saben llegado el caso de relaciones y parentescos familiares.

En el año 1439 Juan II atemorizado por la creciente oposición de la nobleza castellana a su Favorito se aviene a firmar el convenio de Castronuño por el cual don Álvaro es de nuevo separado del gobierno y desterrado a sus posesiones. En 1444, don Álvaro vuelve a la acción contando con el apoyo de los condes de Alba y Haro y del duque del Infantado. A su lado están ahora el Príncipe de Asturias, el futuro Enrique IV, y su poderoso consejero, don Juan Fernández Pacheco, I marqués de Villena, su pariente y luego suegro de la nieta del Condestable. El que será I marqués de Villena había casado con apenas 16 años en 1435 y en Toledo con una prima hermana del Condestable llamada Juana de Luna. Este matrimonio es anulado en 1442 y en este mismo año don Juan Fernández Pacheco casa con María Portocarrero, sobrina de la primera esposa del condestable ya fallecida en 1431. El resto de la nobleza castellana se enfrenta al bando de don Álvaro en Olmedo, Valladolid, el 19 de mayo de 1445. Las diferencias del Condestable con el futuro Enrique IV no cesan y don Juan Fernández Pacheco aumenta su influencia en el heredero. Además, don Álvaro no cae bien a la nueva reina castellana doña Isabel de Portugal, a pesar de haber sido el Condestable quien urde la boda de la infanta portuguesa con el monarca castellana. En 1453 el ambiente en torno a don Álvaro es claramente hostil, tiene el Condestable más de sesenta años y es incapaz de detener la irresistible ascensión del marqués de Villena. El 4 de mayo de 1453 el de Luna está en Burgos acompañando al Rey siendo detenido por orden de la Reina. El Condestable, que en estos momentos posee el ejército más formidable de la España de este tiempo, no hace nada por impedirlo, confiando en la palabra del rey de que respetará su vida y bienes. Pero el monarca hace la última traición y forzado por la reina y el poderoso partido hostil abandona a su consejero. Tras un simulacro de juicio, don Álvaro será ajusticiado. Sucede esto en Valladolid en 1453, donde el Maestre estaba degollado, para que allí echasen el dinero los que quisiesen dar limosna para con que le enterrasen...e pasados los tres días, vinieron todos los frailes de la Misericordia, e tomaron su cuerpo en unas andas e lleváronlo a enterrar a una ermita fuera de la villa, que dicen Sant Andrés, donde se suelen enterrar todos los malhechores: y dende a pocos días fué sacado de allí y llevado a enterrar al Monasterio de San Francisco que es dentro de la villa. E pasado asaz tiempo, fué traído el cuerpo con su cabeza a una muy sumptuosa capilla quél había mandado hacer en la Iglesia mayor de la ciudad de Toledo. E así ovo fin toda la gloria del Maestre Condestable Don Alvaro de Luna".

El 21 de julio de 1454, apenas algo más de un año después, muere el rey Juan II, consumido por los remordimientos de la traición a su amigo y consejero. Los bienes de don Álvaro serán objeto de rapiña y sólo con el paso del tiempo, su familia consigue rehabilitar su memoria y trasladar sus restos que descansan en la catedral de Toledo, en el lugar conocido como capilla del Condestable y en 1658 el consejo de Castilla le declara inocente y libre de toda culpa de las mentiras por las que había sido condenado.

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