viernes, 13 de enero de 2012

El Barrio de Santa Cruz. Sevilla.


Tiene su origen en la antigua Judería sevillana

Cuando el Rey Fernando III de Castilla conquista la ciudad, se concentró en Sevilla la más importante comunidad judía de España, segunda tras la de Toledo. Este barrio judío ocupaba lo que hoy son los barrios de Santa Cruz y de San Bartolomé. A pesar de la expulsión de los judíos en 1483, en estos dos barrios se mantuvo alguna población judía y musulmana.

A finales del siglo XIX, Santa Cruz era un barrio cerrado, estrecho y foco de enfermedades, al que se le buscaba en vano alguna solución. 

Las ideas de José Laguillo y Juan Talavera Heredia, unidas al "renacer" de la ciudad con la preparación de la Exposición Iberoamericana de 1929 alcanzaron a reurbanizar el barrio, siendo su estado actual el fruto de esas iniciativas.

Es un laberinto formado por estrechas calles y callejones para librarse del abrasador sol del verano sevillano, creando corrientes de aire fresco, que terminan en plazas que parecen alejadas del centro de la ciudad.

Entre ellas sus PLAZAS, 

la Plaza de los Venerables llena de tascas y terrazas, toma su nombre del antiguo Hospital de los Venerables Sacerdotes donde, según la leyenda, pudo haber estado la Hostería del Laurel, donde se inicia el drama de Don Juan Tenorio,

la Plaza de Santa Cruz, que tiene en el centro una cruz de cerrajería del siglo XVII, construida sobre la antigua parroquia mudéjar de Santa Cruz; 

la Plaza de las Cruces, pequeña y con tres columnas terminadas en cruces;

la Plaza de Doña Elvira, elegante con sus azulejos y naranjos y una fuente y arriates con asientos de ladrillos y azulejos, abierta en el solar de un antiguo Corral de Comedias; en esta plaza se rumorea que nació el amor imposible de Don Juan Tenorio, la mítica Doña Inés de Ulloa, al menos eso es lo que dice uno de los azulejos que existen en la plaza

Plaza Refinadores existe una gallarda escultura del mítico conquistador de mujeres; 

Plaza de Alfaro

Plaza de la Alianza, antes conocida como Plaza del Pozo Seco

Por el callejón del Agua, paralelo a las murallas, se traía el agua hacia los Reales Alcázares, donde se recuerda al escritor Washington Irving en una placa hecha por Mariano Benlliure.

En la calle de las Cruces se conservan dos cruces de madera empotradas en una pared; 

En la calle de Santa Teresa se encuentra la Casa Museo de Murillo y un convento de Carmelitas que data del siglo XVII fundado por la Santa Teresa de Jesús

la calle de Lope de Rueda tiene varias mansiones.

Otras calles son

la calle de la Gloria, 
la calle Mezquita, 
la calle Vida, 
la calle Pimienta, 
la calle Justino de Neve, 
la calle Jamerdana y la calle Susona, antes llamada de la Muerte. 

Y una de las más famosas, la calle Mateos Gago, desde donde se puede contemplar una de las mejores vistas de la Giralda.

En cualquier plaza o calle se pueden encontrar las típicas casas con patio, que conservan en su Carmen, patio, todo el encanto del barrio, repleto de plantas y flores.


Sus monumentos son,

La Iglesia de Santa Cruz del siglo XVII.

El Hospital de los Venerables.

El Convento de San José, llamado de "las Teresas", y la que fue casa de Murillo.

Junto al barrio se encuentra la Iglesia de Santa María la Blanca del siglo XIV levantada sobre una antigua sinagoga, con decoración de yeserías barroca, con obras de Murillo y Luis de Vargas.

Limita el barrio de Santa Cruz con los Reales Alcázares.

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