45. Alonso de Cárdenas (1474-1476 en León) (primera vez)
46. Rodrigo Manrique (1474-1476 en Castilla). En 1474 fue proclamado Gran Maestre de la Orden de Santiago en la villa de Uclés. Enterrado en el coro de la iglesia del monasterio de Ucles. A sus pies en el cuerpo de la iglesa fue enterrado cinco años después, en 1479, su hijo el poeta Jorge Manrique. Nada queda de esos enterramientos tras las reformas que se ha hecho. Entró en la orden de Santiago en 1418 con doce años de edad.
De la estructura primitiva de esta fortaleza quedan tres torres con un muro que las une. De la antigua fortaleza de la Orden de Santiago quedan tres torres cuyos nombres vienen equivocados en la mayoría de los libros de castillos, pero que están claramente definidos en los Libros de Visitas de la Orden que se guardan en el Archivo Histórico Nacional. Las tres torres que actualmente apreciamos en dirección norte-sur, son las siguientes: la torre del Pontido, unida por un puentecillo a la torre del Palomar-las encontramos como siendo las del Homenaje Viejo y el Homenaje-, a continuación un foso excavado en roca, que se vencía por medio de un puente levadizo y que conectaba con una muralla que conducía a la torre Albarrana. De las antiguas torres del Homenaje Viejo, del Homenaje, de la Plata y Blanca no conocemos su localización exacta, aunque sabemos que fueron derribadas para proseguir las obras de la actual iglesia.
Barrera desde la Torre Albarrana hasta la de la Plata con un torreón. Desde la Torre de la Plata había un lienzo de muralla hasta el Puente Levadizo. Una barrera unía el convento con la fortaleza. Se sabe de una torre llamada Chinchada. La Torre Vieja del Homenaje estaba unida con la del Palomar con un baluarte. Sabemos de un cubo al que se llama Beltrán cercano a la puerta principal, unidos por muralla almenada, y a la Torre del Homenaje. La Torre Blanca estaba cerca de una de las esquinas de la muralla. En todos estos elementos defensivo realizaron reparaciones los maestres Alonso de Cardenas y Rodrigo Manrique.
Jorge Manrique, caballero y Trece de la Orden de Santiago, Se enroló con las tropas del bando de Isabel
y Fernando en la guerra contra los partidarios de Juana la Beltraneja. Como
teniente de la reina en Ciudad Real, junto a su padre Rodrigo, hizo levantar el
asedio que a Uclés habían puesto Juan Pacheco y el arzobispo de Toledo Alfonso
Carrillo de Acuña. En esa guerra, en una escaramuza cercana al castillo de
Garcimuñoz en Cuenca, defendido por el Marqués de Villena, fue herido de muerte
en 1479, probablemente hacia la primavera. Como con el nacimiento, hay
distintas versiones sobre el suceso: algunos cronistas coetáneos como Hernando
del Pulgar y Alonso de Palencia dan testimonio de que murió en la misma pelea,
frente a los muros del castillo, o justo a continuación.3 Otros, como Jerónimo
Zurita, sostuvieron con posterioridad (1562) que su muerte tuvo lugar días
después de la batalla, en Santa María del Campo Rus (Cuenca), donde estaba su
campamento. Rades de Andrada señaló cómo se le encontraron entre sus ropas dos
coplas que comienzan «¡Oh mundo!, pues que me matas...». Fue enterrado en el
monasterio de Uclés, cabeza de la orden de Santiago. La guerra terminó pocos
meses después, en septiembre.
Trece de la Orden de Santiago, trece fueron los caballeros que con Pedro Fernandez fundan la Orden y Trece son los caballeros encargados de nombrar al Maestre.Los Treces constituyen las primeras dignidades de la Orden, después de los priores de Uclés y de San Marcos de León. Los Comendadores Mayores de Castilla y de León siempre fueron Treces. Hasta el año 1212 no se menciona documentalmente a los Treces.
¿Vos Don... juráis a Dios ya Santa María ya esta señal de Cruz, ya estos Santos Evangelios, que tocáis corporalmente con vuestras manos, que cuando muriese el Maestre, que vos escogiereis persona idónea y suficiente para ser Maestre, que sea para reedificar y para defender y adelantar la Orden y mantener los frailes, según la Regla y Establecimientos de nuestra Orden y que no sea talla destruya?
Respuesta: Sí, juro.
¿Item que si viereis que el Mestre es inútil y pernicioso e incorregible y sin provecho, y que destruye la Orden más que la aprovecha, que vos le depondréis del Mestrazgo, según forma de derecho?
Respuesta: Sí, juro.
Respuesta: Sí, juro.
¿Item que si alguna cuestión naciese entre él y el Cabildo, que vos intervendréis entre ellos?
Respuesta: Sí, juro.
Respuesta: Sí, juro.
¿Otrosí, que por este poder que tenéis no obedezcáis menos al Maestre, en tanto que será Maestre, de modo que no le desobedezcáis en contrario de lo que habéis jurado?
Respuesta: Sí, juro.
En el años 1108 los cristianos pierden Uclés que habia sido tomada por Alfonso VI en el año 1085. Reconquistada de nuevo en el añó 1157 por Alfonso VIII con ayuda de tropas sorianas.
Encontramos en El Acebrón el topónimo Sicuendes, palabra que, muy
probablemente, habría evolucionado desde Siete Condes y que denomina unas tierras en
las que tuvo lugar la batalla de Uclés contra los ejércitos almorávides.
El panteón. Entre la sacristía y la iglesia se halla la entrada a la cripta, que tiene forma de cruz latina. Hoy está destinada a teatro y no quedan restos de enterramientos. La antigua iglesia fue sepultura de ilustres personajes de la Orden de Santiago. Allí se enterró al Maestre Rodrigo Manrique y a su esposa, así como a su famoso hijo Jorge Manrique y muchísimos personajes más de la Orden. Hoy no se sabe exactamente dónde reposan estos restos. Al construirse la actual iglesia (1602) los sepulcros existentes en la iglesia de Santiago fueron reubicados en un subterráneo de la misma, al cual se bajaba por una escalera de ochenta escalones que había en una capilla debajo del coro.
En el siglo XVII se construyó el patio del monasterio, con dos pisos de galerías, el superior cerrado a modo de balcones, así como la escalera que da acceso a este segundo piso.
Mencía de Figueroa Laso de Vega (Beas de Segura, s. XV - Segura de la Sierra, 1444), esposa de Rodrigo Manrique, padres del poeta Jorge Manrique. Falleció en 1444, siendo enterrada en el Monasterio de Nuestra Señora de la Peña de Orcera, (Jaén), trasladando años más tarde los restos mortales a la capilla del Monasterio de Uclés (Cuenca), junto a los de su marido e hijo Jorge. Éste traslado se hizo a petición de su hijo mayor, Pedro, por temor a que los restos fueran profanados donde estaban.
47. Fernando el Católico (1476-1477) Administrador
47. Fernando el Católico (1476-1477) Administrador
48. Alonso de Cárdenas (1477-1493) (segunda vez)
49. Reyes Católicos (1493-...) Administradores.
Incorporación definitiva a la Corona de España bajo el reinado de Carlos I.
Alfonso VIII de Castilla y Leonor de Plantagenet entregan el castillo de Uclés al Maestre de la Orden de Santiago Pedro Fernández de Fuentencalada (Magister P. Ferrandi[z]), hecho que sucedió el 9 de enero de 1174. Miniatura perteneciente al Tumbo menor de Castilla (Archivo Histórico Nacional). Sobre las viñetas se pueden apreciar las leyendas:
ALIENOR : REGINA | ALFONSUS REX : | MAGISTER : P : FERRANDI[Z] | CASTELLUM DE : UCLES | QUIDAM FRATER.
Leonor, reina; Alfonso, rey; maestre P. Fernández; castillo de Uclés y un fraile (literalmente 'hermano'), respectivamente.
Los santiaguistas habían perdido su sede de Cáceres y sus posesiones en Badajoz a manos de los almohades en el año 1173.
El 26 de febrero de 1174 la Orden consagra la iglesia del Castillo de Uclés pasando de la advocación de Santa Maria a la de Santiago. Consagración que hace el arzobispo de Compostela, Pedro Suárez de Deza (1173-1206). Durante su mandato en Compostela se terminó el pórtico de la Gloria de la Catedral compostelana.
El 9 de enero celebración en Arévalo (Ávila) del acto solemne por el cual Alfonso VIII de Castilla entrega el castillo y la villa de Uclés (Cuenca) a Pedro Fernández, Gran Maestre de la Orden de Santiago.
Alonso de Cárdenas y Rodrigo Manrique como maestres de la Orden de Santiago tuvieron que arreglar parte de las defensas de la fortaleza de Uclés en la cual estaba el monasterio medieval de la Orden.
Tumbo menor de Castilla (siglo XIII). Libro de Privilegios de la Orden de Santiago. Primer códice diplomático del Archivo de San Marcos de León de la Orden de Santiago.
Tumbo elaborado en 1469 por Gonzalo Sánchez de Olivares, por orden del Maestre
Juan Pacheco, marqués de Villena.
Muy recomendable, Opúsculos castellanos... noticias históricas sacadas del archivo de Uclés. De Ambrosio Morales en el siglo XVI. Profeso en la Orden de los Jerónimos. También suyo, Discurso de la verdadera descendencia del glorioso doctor Santo Domingo y como tuvo su origen de la ilustrísima casa de Guzmán (1584).
El Archivo General de la Militar Orden de Santiago estaba en su convento de Uclés hasta la desamortización de 1836 que se traslada al Archivo Histórico Nacional. Muy disminuido en el numero de sus documentos por las vicisitudes por las que ha pasado el Monasterio. A lo largo de los setecientos años en los que el Archivo General de la Orden de Santiago estuvo en el monasterio de Uclés, el lugar en que se guardó experimentó profundas reformas y reconstrucciones, debido al natural deterioro, en unas ocasiones, y a los destrozos ocasionados por las luchas, en otras. Su evolución estuvo influenciada por las circunstancias históricas que, en cada momento, padeció la Orden. Por otra parte, el “concepto” de archivo y el valor dado al mismo han cambiado a lo largo del tiempo, lo que se aprecia en las sucesivas etapas de su historia: desde que era considerado en el siglo XII como un “tesoro”, sin la existencia de un archivero o institución que lo organizara, hasta convertirse progresivamente en un verdadero instrumento administrativo con un cargo de archivero creado para ello.
Durante los siglos XII al XV, el archivo era considerado como un tesoro, y realmente
lo era, pues sus documentos legitimaban el poder que la Orden ejercía en los diferentes
lugares, conventos, monasterios, hospitales, castillos… Las bulas fundacionales, privilegios
y donaciones, tanto reales como privadas y pontificias, constituían los bienes
de la Orden.Todos
estos documentos se custodiaban junto a las riquezas de oro y plata que poseía el convento,
en un lugar llamado “tesoro”, dentro de la sacristía de la iglesia del castillo de
Uclés. Allí se guardaban los pergaminos y escrituras en un armario construido para ello,
como indica un documento del año 1211 por el que el prior don Pedro dio unas constituciones
o estatutos al desparecido Hospital de Santa María de las Tiendas situado en el limite entre los municipios de Calzadilla de la Cueza y Ledigos en Palencia.
A medida que el tiempo transcurría, el número de documentos que había que custodiar
aumentaba considerablemente, por lo que la Orden decidió crear la Encomienda de la
Cámara de los Privilegios, cuya labor era encargarse del archivo. Se tiene noticia de la
nueva encomienda en 1347. Esto originó un cambio en el emplazamiento del archivo.
Por lo que respecta al lugar concreto en el que se guardaban las escrituras, en la visita
efectuada a Uclés en el año 14685
el entonces comendador de la Cámara, Diego de
Orozco, indicó que la documentación se guardaba en cinco cofres herrados y cerrados con
llave, en la casa de la dicha encomienda, dentro de Uclés. Por tanto, el sistema por el
que se custodiaban los documentos era el mismo que cuando estaban en la sacristía:
guardados en arcas, a modo de tesoro.
El archivo aún permanecía custodiado en la cámara del castillo cuando ocurrieron los
disturbios por el Maestrazgo de la Orden. Al morir el Maestre Juan Pacheco, en el
año 1474, los Reyes Católicos lograron que el Papa les concediese la administración
temporal de la Orden (el Maestrazgo no pasaría a la corona hasta 1499). Las casas de
San Marcos y Uclés convocaron Capítulo de forma independiente y eligieron sendos
Maestres: Alonso de Cárdenas en León y Rodrigo Manrique en Castilla. Por esto, la
Orden se dividió. Rodrigo Manrique luchó al lado de los Reyes en Alcaraz, en contra
de Alonso de Cárdenas y del Maestre de Calatrava. Uclés estaba en poder de Alonso
de Cárdenas, por lo que Rodrigo Manrique lo cercó. Finalmente, el alcaide entregó la
fortaleza, que había sufrido grandes daños. “(…) cercaron la fortaleza y convento de
Uclés, y con ingenios y pólvora derribaron los edificios; y finalmente se apoderaron
de esta Casa. En esta contienda ya se pierden parte de los documentos. Quedan cuatro cofres.
En 1494 los visitadores dieron nuevamente información sobre el archivo. La Cámara
de los Privilegios estaba situada en los corredores altos que salían al patio del claustro.
Las escrituras y privilegios se encontraban guardadas en cuatro cofres chapados o revestidos
de hierro, lo que indica el temor existente a que el fuego pudiera destruir los
documentos. Además, los visitadores indicaron que existía un arca en la que se guardaba
el sello de la Orden del Capítulo General. Fue este mismo año cuando los visitadores
mandaron al comendador que hiciese un inventario de los documentos del archivo.
En la visita de 149812 se indicó que la Cámara de los Privilegios estaba en la llamada Sala
Vieja, donde ya sólo quedaban tres cofres (de los cuatro anteriores) y el arca del sello.
En 1499 el Maestrazgo de la Orden de Santiago pasó a la corona, por lo que los monarcas
se preocuparon directamente de conservar la documentación. Fue entonces cuando
el archivo experimentó una etapa de grades cambios.
La siguiente visita se produjo en el año 1500. Los documentos seguían custodiados en
el mismo lugar que en 1494.
En el Capítulo General de la Orden celebrado en 1505 en Medina del Campo se tomó
el acuerdo de construir en el Convento de Uclés una cámara y dentro de ella un archivo
de madera, para poder guardar allí los privilegios, escrituras y libros de visita.
Diego de Torremocha juró su cargo y comenzó a trabajar en el archivo. Elaboró un
inventario15 de todos los documentos contenidos en los cofres y en la visita a la Encomienda
en 1508 ya figuraba como comendador de la Cámara.
En 1511 sabemos que los tres cofres con los documentos se guardaban en el convento de Uclés, en una cámara situada dentro de la iglesia, a la
derecha según se entraba en la capilla, donde antes estaba el “vistuario” viejo.
, en el primero se guardaban
los envoltorios de documentos pertenecientes a la provincia de León, en el segundo los
de Castilla, y en el tercero los documentos generales de la Orden. También se encontraron
allí escrituras de procesos y “otras cosas antiguas”. Sobre los
cofres estaban colocados los libros de visitas anteriores, y un gran libro que servía como
inventario. Se referían al llamado Inventario antiguo, antes citado, que fue elaborado
por Torremocha en 1505 y constituye el primer instrumento de descripción completo
del Archivo General de la Orden en Uclés.
En 1524 el archivo había sido trasladado a
la “sobre claustra”.
En 1527 se habían acometido grandes obras de reforma en el convento. El prior decidió trasladar el archivo junto a la sacristía, a una cámara cubierta con bóvedas.
En 1533 y 1538, el archivo se encontraba en una cámara del claustro segundo a
la mano derecha, según se subía, en una pieza con su puerta y dos llaves.,
descrita como “pieza buena y bien maderada”.
Durante los siglos XVI al XVIII transcurrió una época oscura
para el conocimiento del archivo de Uclés, pues apenas se tienen noticias sobre él. Es
posible que permaneciese ordenado en sus cajones, en el mismo lugar que describieron
los visitadores en 1553. Sin embargo, en esta falta de información puede apreciarse una
pérdida de la importancia que en siglos anteriores tuvieron el archivo y la Encomienda
de la Cámara de los Privilegios.
A principios del siglo XVIII hay noticias del traslado del archivo a otra cámara mayor. A inicios del siglo XVIII también se conoce que el archivo había sufrido pérdidas de
documentos, principalmente por destrozos de escrituras y privilegios, aunque nunca
debido a un incendio.
En la primera mitad del siglo XVIII el santiaguista José Lopez de Agurleta se encarga de recopilar bulas y demás documentos de interés para la historia de Orden en el archivo de Uclés. En septiembre de 1692 profesó como freile santiaguista en el convento de Uclés,
donde, además de ejercer como sacerdote, dedicó sus días al estudio de la historia
de la Orden. En Uclés ejerció de lector de teología, fue dos veces subprior, archivero
y visitador general de la Orden, así como administrador del convento femenino
de la Madre de Dios, de monjas santiaguistas, en Granada.
La cercanía de la documentación de la Orden y el trato con otros eruditos contemporáneos
suyos, determinó que sus
aficiones se encaminaran al estudio de la historia de la caballería santiaguista. No
menos importante que esto fue el nombramiento como archivero titular. Antes el Consejo de Órdenes le había encomendado el examen del archivo, a lo que
dedicó tres o cuatro años.
En 1774 el Archivo General de la Orden se encontraba después del trascoro al Norte.
A fines del siglo XVIII se construye una cámara para el Archivo junto a la Iglesia del monasterio, a la parte del norte, precavida de los acontecimientos de fuego, y otros á que
suelen estas expuestos semejantes depósitos con cubrición de plomo que se hizo
en el tejado: tiene quatrocientos caxones con
buena órden y simetría.............
A inicios del siglo XIX la invasión francesa causó
múltiples destrozos en el Convento y en los documentos y libros que en él se guardaban. El convento de Uclés sufrió gran destrucción, su iglesia fue profanada y su archivo y
biblioteca expoliados. Tras la invasión francesa, la casa de Uclés se reconstruyó, pero su época de esplendor
había pasado. Con la primera Ley de Desamortización, llegó al convento una comisión
de Ocaña y otra de Huete, para hacerse cargo de los documentos.
Durante la primera guerra carlista, Uclés nuevamente sirvió como campo de batalla,
debido a su situación geográfica. Fue ocupado por los liberales y los carlistas, alternativamente.
Los dos bandos fortificaron el convento, para prevenir los ataques, pero
no trataron de proteger sus tesoros monumentales, artísticos y documentales. A este
abandono contribuyó la exclaustración de los conventuales santiaguistas, que se llevaron
de Uclés muchos documentos.
El archivo y la biblioteca quedaron en estado de
abandono, rotas sus techumbres, puertas y estanterías. Las alimañas anidaban entre
los documentos, que sufrían los efectos del salitre, lo que aceleraba su destrucción.
Por otro lado, era muy frecuente el expolio, tanto de materiales constructivos como de
documentos y libros. Esta situación límite motivó que en el año 1850 se ordenase que
el archivo de Uclés pasara a la Real Academia de la Historia, orden que no se cumplió.
En 1860, el Ministerio de Fomento puso fin al robo y deterioro en el archivo y la biblioteca,
encargando un inventario de códices, libros, manuscritos y documentos de la
casa-convento de Uclés. Para elaborar este inventario, la comisión designada (al frente
de la cual estaba Juan Eugenio Hartzenbusch) tuvo que trabajar en pésimas condiciones,
ya que incluso las cámaras no tenían techumbre. Literalmente, fue necesario desenterrar
los documentos, que se encontraban bajo los escombros y el salitre.
En 1866 se creó el Archivo Histórico Nacional, y el archivo de Uclés pasó legalmente
a formar parte de sus fondos. Sin embargo, el traslado de los documentos se hizo unos
años después, en 1872. Hasta 1869 el convento quedó nuevamente abandonado.
El 25 de enero de 1872 el Ministerio de Fomento dio una Real Orden por la
que los documentos, libros, códices, manuscritos, etc., de la Orden de Santiago guardados
en Uclés, un valioso fondo que abarca desde el siglo XII hasta el XIX, junto
con su cajonería, debían llevarse al Archivo Histórico Nacional, donde se encuentran
en la actualidad.
En Uclés, el del infante don Manuel, padre de don Juan Manuel, y su esposa doña Constanza el 8 de enero de 1261, tras hacerse confreyres e familiares de la institución
santiaguista, elegían su conventual conquense como ámbito de inhumación y
establecían cuatro capellanías. El documento incluye la promesa del maestre
Pelayo Pérez Correa de hacerles una capiella en Uclés y mantener quatro
capellanes que canten y missas por vos e por vuestros defunctos por siempre
jamás. No sabemos con exactitud cómo se ejecutó este ofrecimiento maestral,
al contar sólo con una referencia tardía, una visita de 1515 donde se citan al
lado del altar mayor dos arcos de enterramiento para don Juan Manuel, su
mujer y dos hijos suyos.
"Comendo mi cuerpo que sea enterrado en Ucles con la infanta donna Constanza,
mi muger, et nostro fijo Alfonso, et que fagan las sepulturas mucho apuestas et muy
buenas."
La capilla de San Agustín del convento de Uclés, lugar de celebración
de capítulos, se aderezaba con lápidas y bultos de maestres
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